La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó este martes la toma temporal de un canal de televisión en Ecuador por parte de delincuentes armados y exhortó a las autoridades a garantizar el trabajo periodístico en el país.
El presidente de la SIP, Roberto Rock, repudió el acto de violencia y calificó el hecho, ocurrido en Guayaquil, como “un agravio que reviste extrema gravedad por sus múltiples implicaciones”.
“En un contexto de violencia, cualquiera que sea su origen, las autoridades deben tomar las medidas urgentes para garantizar que los periodistas puedan ejercer su profesión sin temer a represalias y seguir sirviendo a la comunidad”, agregó.
Este martes, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, declaró un “conflicto armado interno” después de que un comando fuertemente armado ocupó durante unas horas un canal de televisión en la ciudad de Guayaquil, acción que terminó con la detención de al menos trece delincuentes y la liberación del personal del canal, que había sido retenido en plena trasmisión en vivo.
El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Carlos Jornet, alertó que “este inaceptable acto de intimidación pudo haber tenido consecuencias mucho más dramáticas”.
Según Jornet, “la puesta en marcha del mecanismo de protección de periodistas es perentoria”.
“Cualquier demora adicional solo agravará la precaria situación en que se desempeñan los medios de comunicación, que son el blanco elegido porque denuncian el accionar criminal y las conexiones de las bandas narcos con grupos políticos, policiales y penitenciarios. Cuando se ataca a un medio televisivo en plena transmisión se busca instalar el terror ciudadano”, dijo.
En diciembre pasado la SIP había expresado alarma por el avance de la violencia del crimen organizado y las amenazas contra la prensa en Ecuador.
Ecuador ha vivido motines en seis cárceles y se registraron otros actos violentos en Quito y varias ciudades más.
Noboa ya había declarado la noche del lunes el estado de excepción por 60 días, con toque de queda durante la noche y madrugada, pero la medida no evitó que el caos se apoderara de varias ciudades y provincias del país.