El cacao ha pasado por una escalada histórica de precios en el transcurso de este 2024, incentivado por una merma en la producción global como consecuencia del cambio climático que ha generado una fuerte demanda de las empresas que procesan la principal materia prima del chocolate.
En los primeros 10 meses de este año, los precios de la tonelada del cacao han promediado los 7,652.6 dólares, de acuerdo a datos del portal financiero Investing, que registra máximos de hasta 10,080 dólares solo el pasado 25 de marzo. Aunque la cotización de los contratos a futuro del cacao han ido desacelerando hasta ocupar los 6,848 dólares este 27 de octubre, la cifra sigue siendo el doble de como estaba hace un año.
Este escenario ha beneficiado a los principales actores de la cadena de valor de cacao en la República Dominicana, quienes podrían motivarse a invertir más en el cultivo tras haber alcanzado ingresos que, en muchos casos, se duplicaron, señalaron ejecutivos especializados en el rubro a Diario Libre.
El país cuenta con 48 empresas que se dedican a la exportación del cacao, que vendieron 61,880 toneladas al exterior producto de la cosecha 2023-2024 –que inició el 1 de octubre del año pasado y culminó este 30 de septiembre–.
Las exportaciones de este cacao generaron divisas por 421.4 millones de dólares, 84.9 % más que en la cosecha 2022-2023, que había exportado 17,430 toneladas adicionales–con 79,311 toneladas– y solo había generado ventas por 227.9 millones de dólares.
“Es casi el doble de lo exportado en el referido período, pese a que el año 2023-2024 registró bajos volúmenes de producción, de 61,881 toneladas, menos que el promedio de los últimos tres años (de 69,405 toneladas)”, observó Víctor Hidalgo, director ejecutivo de la Comisión Nacional del Cacao, una entidad autónoma encargada de formular políticas para estimular la producción de este cultivo, y que lleva el registro de estas estadísticas.
Indicó que en los productores “se nota el interés” de hacer mejoras en sus plantaciones tras estos resultados, lo que incluye el manejo del cultivo, el control de las plagas y una mayor fertilización, lo que tendría impactos positivos para la próxima cosecha, siempre que las condiciones climatológicas sean tan favorables como las que se han dado en este 2024.
Los precios: un arma de doble filo
El gerente comercial de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (Conacado), Abel Fernández, puntualizó que, durante mucho tiempo, el cacao mantuvo precios internacionales por debajo de los costos de producción y los niveles de sostenibilidad del cultivo.
“Se supone que, con el incremento de precios, los productores se animen a hacer las inversiones que nunca pudieron hacer en sus fincas para mejorarlas e incrementar su productividad y, consecuentemente, generar un mayor volumen de producción local y de exportación”, subrayó.
En esto coincide el vicepresidente de sostenibilidad de la empresa Roig Agro Cacao, Francisco López, quien entiende que la inversión es uno de los aspectos positivos del incremento de precios, sumado a una mayor rentabilidad, la posibilidad de reinvertir en finca y un mejor posicionamiento del cacao dominicano en los mercados prémium.
De los 421,464,995 dólares generados en la presente cosecha, el 90.15 % (379,955,881 dólares) dependió de 10 grandes empresas exportadoras. Tanto Roig Cacao y Conacado se mantienen –junto a Rizek Cacao– entre los tres primeros lugares, con unas exportaciones que crecieron 123.2 % y 52.24 %, respectivamente.
Aún así, López subraya que, así como hay ventajas en las altas cotizaciones del cacao en el mercado internacional, también hay aspectos negativos.
Tanto los insumos para su producción como la mano de obra han duplicado su precio, lo que plantea un reto para mantener la competitividad, en un escenario en el que los precios de esta materia prima todavía son muy volátiles, y en el que las grandes empresas chocolateras ya analizan cómo sustituir el uso de derivados del cacao para sus productos y reducir costos.
Este riesgo de sustitución plantea que, en algún momento, los niveles actuales de demanda descenderán.
Si bien el sector cacaotero requiere de inversión, un aumento permanente de la productividad en este cultivo –de ciclo largo– tendría impacto a partir de los próximos siete o diez años, y más tomando en cuenta que el 80 % de las plantaciones están envejecidas, precisa la Comisión Nacional del Cacao.
Hidalgo informó que, en el corto plazo, la institución está dotando de equipos y herramientas para facilitar las labores de los cacaocultores, y trabajando junto al Ministerio de Agricultura en la entrega de fertilizantes, en la mecanización del cultivo y en el control de algunas plagas y enfermedades, acciones que incidirían en la cosecha 2024-2025.
La Unión Europea y el cacao orgánico
La Unión Europea se ha mantenido como el principal comprador del cacao fino y de aroma que se produce en el país.
Solo en la partida arancelaria que comprende el cacao en grano, la República Dominicana había exportado 93,577,243 dólares a este conglomerado, de acuerdo al Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), que contabiliza los datos hasta julio de este año.
Esto representa un incremento de 50.11 % respecto a enero-julio del 2023, cuando las exportaciones fueran de solo 62,337,597 dólares.
El cacao orgánico dominicano se ha mantenido como la oferta más distintiva hacia este mercado, pero esta realidad podría cambiar con la adopción del reglamento UE 2018/848, sobre producción ecológica y su etiquetado.
Este reglamento ordena que los operadores cuenten con un máximo de 2,000 miembros, sin que ninguno de ellos supere las cinco hectáreas de tierra explotada –25 tareas—, ni tenga una facturación en ventas que supere los 25,000 dólares. La normativa otorga un período de transición entre el 1 de enero del 2022 hasta el 31 de diciembre del 2024 para que los operadores se pongan al día.
Si bien estas exigencias ayudarán a que los productores interesados en estos mercados estén cada vez más formalizados, los altos costos de la certificación podrían reducir la producción orgánica de cara al futuro: lo que antes era un producto de valor agregado, se ha convertido en un “simple requerimiento de mercado”, ponderó Fernández.
A esto se suma el cumplimiento del reglamento UE 2023/1115 sobre libre deforestación y degradación forestal, que exige que fincas como las del cacao estén debidamente georreferenciadas y cuenten con mecanismos de trazabilidad. Te puede interesar
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El nivel de preparación que necesitan los países vendedores de cacao para cumplir con estos requisitos motivó a que la Comisión Europea pospusiera 12 meses más la entrada en vigencia de esta ley, otorgando hasta el 31 de diciembre del 2025 para cumplir con ella.
“Lo que vemos con la normativa nueva y con toda esta situación de precios altos, es que si existen altos precios con los productos (de cacao) convencionales, y los productores no reciben un beneficio real o significativo para producir orgánicos, es probable que muchos se desincentiven”, agregó.
En el caso de Roig Agro Cacao, la empresa prevé una caída de hasta 60 % de la cantidad de toneladas certificadas como orgánicas, debido a que los productores que les suplen no cumplen con los estándares nuevos. “Nosotros tenemos entre 500 y 800 productores. De esos, apenas 100 van a cumplir con las expectativas, en cuanto a la relación costo-producción que les sea rentable como productores individuales certificados”, observó López.
Durante una visita a la República Dominicana, Gloria Abraham, consultora de comercio internacional para el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), recordó que el cacao dominicano es uno de los productos más destacados de las exportaciones agrícolas dominicanas.
Indicó que, si bien nadie cuestiona la finalidad del reglamento de libre deforestación, lo cierto es que las autoridades europeas “deben estar muy atentas” al problema que supone el incremento de los costos de producción, razón por la que deberán mantener debidamente informados a los productores sobre cómo evoluciona la aplicación de este reglamento.