Miles de personas marcharon el domingo por el centro de Bruselas en una bulliciosa protesta contra el calentamiento climático, mientras concluía la conferencia COP28 en los Emiratos Árabes Unidos.
“Tenemos que salvar al planeta, es el único que tiene cerveza” decía el cartel sostenido por una banda de trombones.
Había bromas así, pero el mensaje de la marcha era serio: Hay que actuar ahora para evitar que el mundo se autodestruya.
Activistas del grupo Climate Coalition pidieron a la dirigencia política hacer más para combatir el calentamiento global.
Luc Durnez, uno de los manifestantes, se quejó de que el gobierno belga fue a la conferencia COP28 “sin un plan, y eso es realmente lamentable para nosotros”.
En Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, las naciones participantes prometieron medidas para reducir las emisiones de gases en casi la mitad en siete años, a fin de limitar el calentamiento atmosférico en 1,5 grados centígrados (2,7 grados Fahrenheit) comparado con lo que era en la era preindustrial. Pero los manifestantes en Bruselas se quejaron de que Europa no estaba haciendo lo suficiente.