En la República Dominicana se fabrican puros o cigarros con materia prima 100 % dominicana. Pero la mayoría se elabora con materiales locales y también procedentes de Honduras, Nicaragua, Ecuador, México, Estados Unidos, Brasil, Indonesia y Camerún, entre otros países.
“El puro dominicano, en promedio, tiene alrededor de 70 % de tabaco dominicano. Hay que tienen 100 %, son pocos; unos tienen 95 %, y el mecanizado es el que casi todo es importado”, explica a Diario Libre Rafael Almonte, director del Instituto del Tabaco (Intabaco).
La materia prima para hacer puros la componen la capa, que es la parte externa y visible del cigarro; la tripa, que es el relleno; y el capote, que es la primera hoja que envuelve la tripa para sujetarla, y permite dar forma al producto.
El cigarro dominicano llega a 142 países, pero el mercado principal es el de Estados Unidos. Los precios dependen mucho de la marca y de la demanda del producto. Una caja de 20 cigarros de alta calidad puede superar los 1,800 dólares (109,200 pesos).
Hendrick Kelner, presidente de la Asociación de Productores de Cigarros de la República Dominicana (Procigar), enfatiza que la mayoría de los cigarros que se fabrica en el país tiene algún componente importado. “Especialmente la capa, porque aquí no se produce suficiente capa para puros”, dice.
“Se importa de todo: capa, tripa y capote. Pero también se exporta capa, capote y tripa. La capa se reexporta prácticamente”, precisa Almonte.
De los puros con materia prima 100 % dominicana, se destaca el Fuente Fuente OpusX Reserva d’Chateau, producido por la Tabacalera Arturo Fuente. En diciembre del año pasado, este fue reconocido como “Cigarro del año 2023” por la revista estadounidense Cigar Aficionado.
No existe un registro oficial con los cigarros de los que se fabrican en el país considerados 100 % dominicanos, pero las distintas empresas tienen dentro de sus portafolios diferentes productos que llegan a ese porcentaje.
Almonte cita a las empresas Arturo Fuente, Aurora, El artista y Flor Dominicana entre las compañías con productos 100 % dominicanos.
Precisa que la calidad de un cigarro lo determina el consumidor a través de la demanda de un producto determinado. “Nosotros (República Dominicana) estamos entre los primeros que prefiere el consumidor de cigarros. Eso significa que la calidad que ellos perciben es buena”, indica.
El tabaco se cultiva en 15 provincias
En la República Dominicana hay entre 130,000 y 140,000 tareas dedicadas a la siembra de tabaco, las cuales están ubicadas en 15 provincias: Montecristi, Santiago Rodríguez, Dajabón, Valverde, Puerto Plata, Santiago, Espaillat, La Vega, Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez, Monte Plata, Hato Mayor, San Juan, Azua y Elías Piña.
Existen más de 3,300 productores de tabaco establecidos en dichas provincias. El sector genera cerca de 125,000 empleos formales en el país, de los cuales solo en Santiago hay más de 42,000 en fábrica.
“El tabaco no discrimina, la mayoría de los que trabajan en fábrica son mujeres”, dice el titular del Intabaco. “Es un gran sector. El que necesita un empleo en el tabaco encuentra un nicho donde trabajar. En el campo también trabajan mujeres: las que amarran tabaco, las que cosechan”.
Informa que para el 2022, el 87 % del tabaco producido en la República Dominicana se fue como producto terminado y el 13 % como materia prima, sobre todo para China, a donde se llevaron 1,600 toneladas. “Esto genera alrededor de 1,200 millones de dólares al año”, estima.
De acuerdo con los datos del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (ProDominicana), entre 2019 y 2022 el país envió cigarros puros y puritos a los mercados internacionales, valorados en más de 3,630 millones de dólares.
Hasta octubre del 2023, las exportaciones ascendían en ese año a 1,016.40 millones de dólares, por lo que Almonte entiende que se puede llegar a 1,200 millones de dólares.
“Desde el año 1990, el tabaco ha ido subiendo, y desde hace muchísimos años es uno de los principales productos de exportación. La República Dominicana es el número uno en exportación de cigarros del mundo”, señala Valerio Tineo, encargado de transferencia de tecnología en el Intabaco.
En la República Dominicana se produce una diversidad de puros por las combinaciones de semilla y suelos diferentes. “En la diferenciación es que está el éxito tanto personal, empresarial o del producto. Si tú no eres diferente no vas a tener éxito, vas a ser uno más”, comenta el presidente de Procigar.
Relanzamiento del sector tabaco
En noviembre de 2020, el presidente Luis Abinader anunció el relanzamiento de la industria del tabaco para consolidar al país como mayor exportador del mundo y entrar a nuevos mercados internacionales.
Además, Abinader promulgó la Ley 341-22 que declara al tabaco y al cigarro dominicano como patrimonio cultural de la República Dominicana.
Su artículo 2 precisa que se declaran al tabaco y al cigarro dominicano como patrimonio cultural de la República Dominicana y, por tanto, es de interés nacional su promoción, preservación, defensa y desarrollo, en el marco de las políticas de fomento de la competitividad y las exportaciones.
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La Asociación de Productores de Cigarros de la República Dominicana se fundó en 1992 por un grupo de los fabricantes de cigarros con más historia de la República Dominicana, con la intención de proteger la reputación y el futuro de la industria.
Sus miembros son: Cigarro general, La Aurora, Cigarros Quesada, Tabacalera de García, Tabadom Holding, Cigarros de los Reyes, Tabacalera Arturo Fuente, Tabacalera la Alianza, La Flor Dominicana, Tabacalera Palma, Cigarros PDR y Arnold André.
Según describe La Aurora, la fábrica más antigua de República Dominicana
El curado es el proceso de secado de las hojas de tabaco en el rancho después de su recolección en el campo. Como un paisaje otoñal, las hojas cambian de color de verde a amarilo y, por último, se vuelven marrones.
El aroma y el sabor del tabaco dependerán de la forma en la que se realice el curado. En este proceso, ingrese en juego la humedad, la temperatura y la velocidad del aire.
Se va jugando moviendo las hojas amarradas en cujes o sartas de manera que el aire actúe en el curado del tabaco. Al llegar las hojas al rancho, tienen una humedad de entorno al 80-85 %, que se irán perdiendo en este proceso de entre 40 y 50 días, dependiendo del tipo de tabaco.
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La fermentación es el siguiente paso tras el curado. Las sartas se desmontan y se colocan las hojas en pilones ordenadas por pisos foliares. Se trata de un proceso natural intenso y controlado que dura alrededor de dos años y medio.
El calor que se produce por la combinación de la humedad que queda en las hojas y la presión de una hoja sobre otra hace que se reproduzcan bacterias encargadas de la fermentación. De esta manera, se realizan cambios importantes en la composición química de la hoja.
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El añejamiento del tabaco es un proceso lento que le sigue a la fermentación. Normalmente, las hojas se colocan en pacas durante un período de dos a cinco años. Cuanto mejor sea la técnica de añejamiento, mejor sabor y aroma desarrollará el tabaco.
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