El “Manual de control de infecciones y epidemiología hospitalaria”, escrito por Silvia Acosta-Gnass y distribuido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), establece que, “las infecciones asociadas a la atención de salud continúan siendo una amenaza para los pacientes. Se estima que uno de cada 20 pacientes ingresados en un hospital contraerá una infección, simplemente por el hecho de estar hospitalizados”.
Diario Libre conversó con Leonardo Brito, presidente del Colegio Dominicano de Cirujanos, quien constató que, efectivamente, esta clase de infecciones se esperan entre el 3 al 7 % de los internamientos.
“En cualquier centro del mundo, del más alto nivel, está establecido con toda la documentación científica, que existe una probabilidad entre un 3 y un 7% de que un paciente, cualquiera, se pueda infectar con una bacteria nosocomial”, indicó el galeno.
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Brito explicó que esto se debe a que son bacterias “que viven ahí, que son parte del entorno, con todas las medidas de asepsia y antisepsia del mundo, todo lo que todo lo que establecen los protocolos”.
¿Cabe demanda?
El doctor Leonardo Brito. (FUENTE EXTERNA)
Al ser cuestionado por la ola de demandas a médicos y centros de salud que se ha hecho pública en los últimos días, el especialista entiende que, si un paciente se infecta en un quirófano, está dentro de los parámetros esperados.
“Si a un paciente le ocurre eso, no hay porqué condenar a un centro ni condenar a un médico bajo esa premisa, ahora, si usted revisa un histórico del centro y dice que el centro no está cumpliendo con los protocolos de asepsia y antisepsia y el porcentaje de infecciones nosocomiales en el hospital anda en el 10, 15, en el 20 o el 30 %, bueno, ya eso es otra cosa. En un escenario así, nadie puede defender a ese centro, ni debería defenderlo”, acotó Brito.
“El médico está obligado a tomar todas las precauciones de lugar para garantizar que ese procedimiento tenga la mejor resolución posible, es decir, cuando el médico comete una negligencia por omisión o por comisión y la vía de medios no garantizan un resultado satisfactorio para el paciente, uno no se puede oponer a que el médico sea juzgado en un escenario como ese”, agregó.
A juicio del cirujano, “si el médico cumplió con todo el protocolo, con todas las reglas, con todo lo que demanda el seguimiento adecuado de un determinado paciente, y, a pesar de eso, hay un resultado adverso, entonces esos son los escenarios donde deben discutirse de manera apropiada”.
Brito plantea que “se evalúe la posibilidad de que se pueda crear una especie de mecanismo que permita un arbitraje previo a judicializar un caso, es decir, discutir en un escenario con expertos, un equipo multidisciplinario formado por abogados médicos y otras actores, la factibilidad o no de lo que se podría estar eventualmente demandando contra un médico antes de llevarlo a la justicia”.
Resistentes a antibióticos
El manual de Acosta-Gnass detalla que, “en algunos países, en los hospitales, los patógenos multirresistentes ocasionan más muertes al año que el VIH/SIDA, la influenza y los accidentes de tráfico juntos”.
Estas bacterias hospitalarias son responsables de un gran aumento en los costos de salud por la prescripción de medicamentos más caros y la prolongada estancia en el centro de salud, ya sea público o privado.
Asimismo, resalta que, “de manera alarmante, para algunos de estos patógenos, no existe tratamiento antibiótico eficaz, por lo cual los hospitales invierten grandes sumas en infraestructura y equipamiento para limitar la diseminación de la infección”.
Estas infecciones hospitalarias suelen afectar a los pacientes más frágiles, que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos, oncología, neonatología, donde, normalmente, contribuyen al alza de la mortalidad.