Cuando tenía 14 años de edad, el joven dominicano Rainier Mallol vivió las consecuencias de un caso de dengue agravado cuando su madre fue diagnosticada con ese virus transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti.
“Cuando uno ve a una persona que uno quiere en ese estado, uno despierta y ve el impacto que puede tener esa enfermedad”, dijo Mallol en conversación con Diario Libre.
Este episodio fue el detonante para indagar más sobre el dengue y su comportamiento, llevándolo a crear junto al especialista en salud pública Dhesi Raja, el programa Inteligencia Artificial aplicada a las Epidemias Médicas (AIME, por sus siglas en inglés), que hoy día evolucionó a la empresa conocida como Hayat.
El joven que hoy tiene 33 años detalló que, motivado por Katherine Motyka, la fundadora de Jompéame, aplicó en 2015 a un programa de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), donde fue seleccionado para un intensivo de tres meses, capacitándose en tecnología de punta y cuyo proyecto final debía ser una solución que salvara millones de vidas en los próximos 10 años, naciendo ahí el concepto y materialización de AIME.
El ingeniero telemático Rainier Mallol. (FUENTE EXTERNA)
“El primer día de clases conocí a un médico que había dedicado su vida profesional al dengue. Pensaba que el dengue era algo local, pero me di cuenta que no, es un tema internacional y cada vez más por el cambio climático”, comentó.
Este programa combina 512 variables donde el 40 % de están relacionadas a factores climáticos tales como temperatura, cantidad de lluvia y dirección del viento; componentes geográficos y factores socioeconómicos, siendo la densidad poblacional el más determinante.
El graduado de ingeniería telemática en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), indicó que el software es capaz de predecir brotes de enfermedades infecciosas que ocurrirán en los próximos tres meses, arrojando a nivel teórico una exactitud de 91 %, bajando en la prueba de campo a 88 %.
De acuerdo con Mallol, la importancia de aplicar este tipo de tecnología con inteligencia artificial (IA), radica en que ayuda a crear mejores predicciones, elevando las tareas de labores preventivas y eficientiza la distribución de recursos.
“El programa te dice la calle, el punto donde inicia el brote de dengue, lo dibuja en un mapa. En vez de fumigar cuatro o seis cuadras, fumigas donde sabes que está el brote. Te quita incertidumbre, te ayuda a planificar bien, haciendo la operación más efectiva. El Gobierno gasta menos, usa menos recursos y menos personal”, explicó.
Zona de mapeo en Hayat con posibles brotes de dengue. (FUENTE EXTERNA)
“El dengue es una enfermedad urbana. En países donde la división territorial está muy bien definida, nosotros tenemos una mejor precisión porque sabemos con mayor exactitud la cantidad de gente que hay en esa área”, agregó.
Esta capacidad de predicción de su programa le valió una invitación del Gobierno de Brasil en 2016 para hacer un piloto de cara a los Juegos Olímpicos de ese año por posibles brotes de zika.
En ese momento, Mallol decidió formalizar su empresa junto a su actual socio, el médico malasio Helmi Zacariah.
“Fue difícil conseguir clientes, la IA no era tan común como es ahora. Otra cosa es que era muy joven, acababa de cumplir 25 años y me veían cara de chamaquito”, recordó como los principales obstáculos que tuvo que vencer cuando presentaba el programa a aseguradoras privadas y farmacéuticas en todos los países de Latinoamérica.
Al llegar 2020 y la pandemia por COVID-19, los clientes empezaron a llegar de empresas tratando de disminuir el temor y la incertidumbre, incluyendo el Gobierno de Malasia, con quien ha trabajado desde entonces mediante una aplicación que mide la experiencia de los pacientes al visitar los centros de salud malasios, siendo actualmente asesor en salud digital.
“A la gente no le gusta invertir en prevención, pero, si uno mejora la experiencia, mejora la salud. Si tú predices con buena exactitud, tus proyectos van a ser mejores. Antes de la pandemia no se le daba esa importancia comercial o política a la prevención de enfermedades infecciosas”, reconoció.
Hayat ha crecido al punto de que cuenta con 40 empleados en la actualidad.
Apoyo local
Mallol admitió que en el pasado ha tenido acercamiento con las autoridades del Ministerio de Salud Pública y que ante esta situación del dengue, donde la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que será un año histórico con el mayor número de casos sospechosos registrados, le gustaría poner su granito de arena en la prevención del virus.
“Lo que más quiero es poder ayudar en la situación porque la tecnología está. Hemos visto resultados muy concretos, se invierte menos y con mejores resultados”, garantizó.
Pidió al sector Gobierno que abra las puertas, así como a las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) porque la inversión para combatir el dengue puede reducir drásticamente cuando se utilizan herramientas que focalizan los puntos de intervención.
Hasta la fecha, la OPS registra 7,122,930 casos sospechosos de dengue en Las Américas, de los cuales, 7,931 se detectaron en República Dominicana.