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Ciro Cascella y su amor por el tabaco dominicano

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—¿Fumar es un vicio?
No, es un placer. El cigarro es el mejor amigo del hombre, como dice don Hendrik

Esta historia comienza en 1912 en Tampa, Florida, con un emigrante cubano, don Arturo Fuente, que había llegado a Estados Unidos en 1905. Las cosas marchaban muy bien hasta que un incendio destruyó la fábrica de cigarros que ya empleaba a 500 colaboradores. Hasta 1946 el proyecto no pudo recomponerse. Hoy, la tercera generación ha colocado sus cigarros entre los mejores del mundo. Arturo Fuente elabora aproximadamente 40 millones de cigarros al año. Y al frente de la empresa, desde hace diez años, como presidente y CEO figura Ciro Cascella, hijo de emigrantes italianos que llegaron a República Dominicana a finales de los años 60.

—Usted habla en italiano con sus padres y parece tener la fuerza del emigrante de primera generación…

Eso me dice mi madre todos los días. Yo quería tener algo propio, cuando empecé. Pero también me empujaba la responsabilidad de tener que hacerlo bien.

La historia del Arturo Fuente Cigar Club, ese templo para nuevos y veteranos fumadores de cigarros, empieza al lado de la mueblería de don Ciro Cascella. Cirito, como se le conoce a aquel joven de 17 años, siempre “bien planchadito” y con aires de querer ser mayor, ha entrado en una tienda de cigarros y se ha “enamorado”, según sus propias palabras, de la belleza de los objetos, de las cajas, del aroma, de los ceniceros…

Porque el mundo del tabaco tiene un lenguaje propio. Una estética atemporal de calidad y un respeto a la tradición y a la tierra.

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—¿Ni siquiera fumaba?

No. Yo no fumaba y en 1996, cuando empecé, tampoco aquí había cultura de fumar. Tardé mucho tiempo en apreciarlo, esto es un gusto adquirido.

—Pero antes hasta las mujeres en el campo fumaban cachimbo, ¿cuándo se dejó de fumar?

El problema es que aquí no había cultura de consumir de esta manera, en un club de fumadores. Poca gente fumaba, ente ellos un director de periódico icónico, Rafael Herrera, que siempre andaba con su cigarro en la boca. Es más, cuando yo hacía la lista de invitados para hacer una actividad, no la podía llenar. Yo no creo que tuviera visión, como me dicen algunos. No empecé mi negocio hace 28 años como aficionado ni como apasionado por el tabaco. Lo que yo quería era tener algo propio.

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Bajo la dirección de Ciro Cascella, hijo de inmigrantes italianos, la empresa ha modernizado sus instalaciones y ampliado su producción. (MATÍAS BONCOSKY)

—Tampoco estaba de moda beber vino.

Exacto, esas tendencias corren paralelas. Había un boom, pero era en Estados Unidos, donde las modelos salían fumando en las revistas. Aquí las marchantas fumaban tabaco, los campesinos andaban con un cachimbo, fumaban pachuché de tabaco de andullo. Había una cultura de fumar, sí… pero no de consumir el tabaco como se hace ahora. Eso cambió rápido porque las modas que vienen de Estados Unidos llegan tarde, pero llegan. Y salieron las revistas como Cigar Aficionado que ponía en la portada a actores, deportistas, políticos, generales retirados… entonces era muy aspiracional.

—Así que los medios contribuyeron, aunque hubiera campañas antitabaco.

Las industrias del vino, el whisky y el cigarro tienen que hacer una estatua a Marvin Shanken, el dueño de Cigar Aficionado, Wine Spectator, Whisky Advocate… Don Carlos Fuente me contaba que cuando Shanken vino al país, él le prometió que mientras saliera la revista, AF se publicitaría. Carlito, su hijo, le decía que eso era “mucho dinero”, pero don Carlos le contestó: “no te preocupes que esa revista no va a durar mucho”.

—¿Cuándo volvieron los dominicanos a fumar tabaco?

Hay un antes y un después en la cultura dominicana del consumo del tabaco… por el Covid. Creció muchísimo.

—¿A qué lo atribuye?

Yo creo que la gente descubrió algo por el tiempo de ocio del que dispuso. Yo relajo mucho con don Hendrick Kelner, que dice que el cigarro es el mejor amigo del hombre: el cigarro no te juzga, te acompaña en tus momentos de tranquilidad… La gente descubrió algo en ese tiempo, algo que se quedó porque el cigarro no es un vicio. Es 100% un placer.

“Hay un antes y un después en la cultura dominicana del consumo del tabaco… por el Covid. Creció muchísimo.” Ciro Cascella Presidente de Arturo Fuente

—¿Las campañas antitabaco les afectan?

Si te envuelves y entiendes el producto, no es justo que te metan en la misma canasta que algo industrial, mecanizado y con químicos. ¡Esto es demasiado bonito! Esas campañas antitabaco son algo hasta irrespetuoso, porque en la industria del cigarro hecho a mano se conjugan demasiadas cosas: tradición, cultura, pasión, arte. Es un mundo con códigos propios.

—¿Puro, cigarro, habano…?

Habano, no. ¡Cojo hasta pique! Aquí le decimos cigarro, los cubanos le dicen tabaco, en España lo llaman puro… Hay que tener cuidado con las palabras. Cuando estoy en la fábrica, el tabaco son las hojas y el cigarro el producto terminado. Cuando me dicen “don Ciro, le dejé una vitola nueva en su escritorio”, es que me dejaron una prueba, un modelo nuevo.

—Ron, tabaco, cacao, azúcar…

 …todos vienen de la tierra.

—¿Los productores pequeños conviven con las grandes marcas?

Sí. Nosotros no creemos en destruir nada. Pero hay un tema: para hacer un buen producto necesitas un buen tabaco, una buena materia prima. El tabaco, a diferencia de los alcoholes, mezcla sólidos. El tabaco, cuanto más viejo mejor. Si lo añejas de una manera correcta, es cuando obtienes un buen producto. Como dicen en el Cibao, “a sigún el maco, la pedrá”.  Si vas con los bolsillos llenos, compras mejores hojas. Pero esto no es un tema de dinero, porque no haces un inventario de la noche a la mañana. Tienes que ir poco a poco, reuniendo ese inventario. Y Carlito Fuente es sin duda la persona de la industria que más ha protegido a los pequeños.

—Pero “hay un tema”, dice…

El tema es que hay que tener cuidado. Hay que guardar un respeto hacia los procesos y la calidad a la hora de nombrarlo. No puedes poner Crianza o Reserva al vino que te dé la gana, ¿no es así? Aquí no hay esa regulación, aquí cualquiera te hace un cigarro. No estoy en contra, pero… cuando vas a la fábrica de nosotros, puedes comer en el piso y la gente que trabaja cada cigarro a mano tiene estándares de higiene y de control. En cualquier fábrica le ponen “Cigarro hecho a mano. Producto de calidad envejecido”, sin ninguna regulación.

“Compramos más fincas para dar oportunidad a cosecheros a que la cultiven, porque no creo que al productor de tabaco haya que presionarlo tanto económicamente.” Ciro Cascell Presidente de Arturo Fuente

—¿El tabaco es Marca País, debe recibir Denominación de Origen?

Yo le tengo respeto a ese tema. Se puede hacer, pero mezclamos sólidos y buscar denominación de origen es complicado. Traemos capa de África, de Ecuador, de México, Estados Unidos, tabaco de Brasil, de Perú…y además cultivamos nuestra propia capa en el Chateau de la Fuente. En el vino tienes el viñedo enfrente, es más sencillo otorgar una denominación de origen.

—Ese inventario, necesita además de tiempo…

Son muchas cosas. Para explicártelo en pocas palabras, cuando vas a la fábrica y a la finca, te hacemos una inducción, te enseñamos el proceso que comienza con una semillita, la cual colocamos en una bandeja. Esta comienza a germinar, crece, se seleccionan las mejores plantas, se trasplantan con la mano en el campo, vemos con mucho cuidado cómo van creciendo… esto dura 50 días. En el campo el proceso de crecimiento dura unos 50 días más y en la casa de curado otros 60 días aproximadamente para luego pasar a nuestros almacenes donde pueden permanecer por años añejándose en espera del momento adecuado para ser convertido en una obra maestra que disfrutaran nuestros consumidores, ya muy exigentes.  El tiempo que requiere este proceso no puede ser alterado si queremos conservar la calidad que nos caracteriza en Arturo Fuente

—En una industria de grandes grupos… ¿hay espacio todavía para los minifundistas?

Claro que sí, ellos cultivan el tabaco. El problema es que las fábricas ya no les compran directamente a los pequeños, pero creo que los pequeños si son apoyados por las grandes empresas pueden coexistir y crecer. Estamos comprando más fincas para dar oportunidad a cosecheros a que nos la cultiven, porque no creo que al productor de tabaco haya que presionarlo tanto económicamente. Es un tema personal, de un legado que queremos dejar. ¿Quién persigue calidad y más beneficios sin estar dispuesto a sembrar más? Mucha gente va buscando variedades que dan volumen de hoja porque el tabaco se vende por libra… pero el cigarro se vende por unidad. Seguimos buscando la manera. Es una idea que tengo y con el apoyo de Carlito sembraremos en otras áreas, como ejemplo hemos hecho pruebas en otras zonas del país y hemos conseguido hojas espectaculares.

—¿Existen más zonas de las que ya conocemos que tienen buenas condiciones para sembrar tabaco?

Hay lugares que tienen condiciones climatológicas y de terreno muy propicias para el cultivo del tabaco que estamos desarrollando. En estos lugares logramos encontrar condiciones tan maravillosas como las que encontró Carlito Fuente en el Chateau de La Fuente hace 30 años, sin duda la finca más hermosa. Es un espectáculo. En este lugar hicimos una casa para recibir a los invitados, inspirada en la casa de Hemingway en Key West.  El Chateau de la Fuente ha sido responsable de un antes y un después para la industria del cigarro en Republica Dominicana, donde se cultiva la capa de uno de los cigarros más prestigioso del mundo, el ya muy galardonado Fuente Fuente Opus X.

“Este es un trabajo muy complejo y el equipo para hacerlo se consigue buscando al que sabe.” Ciro Cascell Presidente de Arturo Fuente

***

El camino del joven Ciro Cascella que quería poner una tienda de cigarros a ser representante de Arturo Fuente y posteriormente presidente de la empresa, tiene un arranque bastante cinematográfico. Don Ciro, el padre, visita a don Carlos Fuente. La cita la había conseguido un conocido común y padre e hijo viajan a Santiago. Don Carlos Fuente los recibe, no sin cierta reserva. El italiano le dice que su hijo quiere vender cigarros Arturo Fuente y que le da su palabra de que no le va a fallar. Que, además, esa es la única visita que él le va a hacer. Que salga bien la aventura depende ya de Cirito, sentencia. Carlos Fuente Jr., Carlito, muestra aun mayor recelo:

—Aquí no hay cultura de fumar. ¿Lo van a vender fuera?

—Dale una oportunidad.

Pasarían once meses antes de que la empresa Arturo Fuente enviara las primeras veinte cajas a la pequeña tienda de cigarros. Mientras, Ciro Cascella vende todo el tabaco que encuentra, incluso eligiéndolo, explica “por lindos, las cajas más bonitas”.

Recibido ese primer envío, decide desprenderse de todo el inventario almacenado y vender exclusivamente Arturo Fuente. Aún tendrían que pasar algunos capítulos más para que Carlito, lo reconociera como distribuidor exclusivo para República Dominicana desde 1996. Esa carta está guardada como un primer tesoro. En 1998 el ciclón Georges arrasó el Chateau de la Fuente: “yo fui de los primeros en llegar a la finca de Bonao, explica Cascella. Todo estaba en el piso, un desastre”. Estando presente como un simple espectador, veía a Don Carlos y Carlito en la evaluación de todas las facilidades de la finca, entre ellas, las casas de curado, que estaban totalmente destruidas: “En ese momento me llamó la atención como Carlito estaba preocupado por los árboles de la finca y las matas de palmas, para ver cuáles se podían salvar y ahí Don Carlos lanzó la pregunta:

—Oye chico, ¿tú puedes ayudar a Danilo a echar andar esta finca?

—Claro, yo me encargo.

Y así comienza una nueva relación con Don Carlos y Carlito. La relación con los Fuente se estrecha, llega el compadrazgo y la amistad con Carlito, y la recia confianza de don Carlos. 19 años más tarde Don Carlos deja en manos de Carlito la presidencia de la empresa y a Ciro Cascella como vicepresidente. Poco tiempo después, pasaría a ser presidente y CEO.

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La cultura del cigarro ha crecido en República Dominicana, influenciada por tendencias internacionales y publicaciones especializadas. (MATÍAS BONCOSKY)

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Antes y después

Y hace 9 años comienza una etapa fundamental en la vida de Ciro Cascella, pero también en la empresa. En un video se recoge el antes y el después de una fábrica que fue modernizando sus instalaciones, ampliando los almacenes, perfeccionando la cajonería para hacer un producto ya de diseño acorde con el lujo que ya rodeaba a los cigarros. Un video pensado también para que las futuras generaciones entiendan el camino recorrido… y las ausencias por trabajo de todos los involucrados.

—¿Quién hace qué, en esta empresa de pocos accionistas?

Carlito es el dreamer y nosotros somos los dream makers, gente muy buena y joven. Esto no funciona sin un buen equipo. Lo que hemos ido construyendo era su visión: el edificio de proceso, desarrollo de nuevas variedades de semillas, la cajonería de 8,000 metros cuadrados, bautizada en honor a Don Carlos, todo climatizado…. Tenemos estándares corporativos de primera sin perder el romanticismo y la tradición. Sin duda, todo el que visita Tabacalera Fuente y el Chateau de la Fuente queda impresionado y maravillado de que en Republica Dominicana haya una empresa del nivel de Arturo Fuente. De ese espíritu sale el lema “Only Fuente is Fuente”

—¿Y cómo se encuentra este equipo?

Esto es un conocimiento empírico, no lo enseñan en una escuela. Tenemos trabajadores que llevan 38 años en la empresa y jóvenes que se unen con entusiasmo al proyecto. Más de 3,200 colaboradores. Este es un trabajo muy complejo. 14 edificios para llevar la empresa a otro nivel y tener una compañía donde procesamos naturalmente más de 2 millones de libras de tabaco. El equipo se consigue buscando al que sabe.

La Gran Fumada

Para muchos (fumadores y no fumadores) la Gran Fumada, de la que ya se han celebrado tres ediciones, es la cita social del año. Para fumar o para ver y para ser visto. O para fumar y ser vistos. Tanto, que 380 personas se quedaron sin entrada este año, aunque estaban más que dispuestas a pagar los mil dólares de la entrada. 500 sí consiguieron su pase… y, aclara Cascella, “solo regalé dos … y las pagué de mi bolsillo”.

—¿Cómo o para qué surge esta cita?

Porque siempre estoy pensando cómo llevo a esto a otro nivel. Cuando vi nuestro libro de la editorial Assouline entre los tomos dedicados a Cartier, Louis Vuitton, Chanel, Tiffany… entendí que habíamos cambiado de liga.

El libro que hicimos con Assouline es un legado de artesanía, en cada caja, en cada hoja de tabaco seleccionada a mano, ejecutado con precisión como un tributo a nuestros maestros tabaqueros.

—¿Cómo resume su trabajo hasta ahora?

Lo más importante es que yo me enamoré de esta apasionante industria.

El trayecto recorrido hasta ahora me llena de orgullo porque he crecido como ser humano, como empresario, como familia. Esta industria la podemos comparar con una gran familia donde pasamos mucho tiempo juntos tratando de hacer cosas nuevas y hacer mejor lo que ya hacemos. Debo agradecer a mi familia, que  me ha apoyado emocionalmente ya que en mis constantes viajes y el tiempo que he pasado fuera de la casa en el cumplimiento de mis compromisos, me han dado un gran soporte y me han hecho sentir que estoy cerca de ellos no importa la distancia a la que me encuentre. Agradezco a mi equipo de trabajo, el cual ha sido vital en el logro de las metas que me he propuesto a lo largo de mi camino en esta industria. Un líder sin su equipo es como un comandante sin tropa. Entiendo que aún tengo mucho por hacer y seguiré con la ayuda de mi gran equipo y mi mentor Carlito Fuente.

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