Disfrutar de la brisa del campo, o la calidez de la playa en una hamaca o simplemente tener una siesta en ella, es uno de los momentos más placenteros que experimentamos los seres humanos. Es por ello, y con la finalidad de celebrar la importancia de este artículo multiusos, surge el Día Mundial de la Hamaca.
Cada 22 de julio se celebra esta festividad y precisa reconocer este invento, que, si bien se desconoce quién o quiénes lo inventaron, lo cierto es que es muy útil en distintos momentos y circunstancias.
La palabra hamaca es de origen taíno y significa árbol, que según historiadores era en un principio uno de los lugares preferidos para colgarlas entre dos árboles para aprovechar la sombra y el fresco que estos producen.
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Las primeras hamacas eran hechas con la corteza del árbol de Hamack, por este motivo se le atribuye a la palabra hamaca. La planta de sisal (similar en apariencia a una planta de aloe vera, fue incorporada como material preferida para la hamaca porque sus fibras eran más suavizadas por el roce contra el muslo.
Cristóbal Colón descubrió la hamaca en las Bahamas, donde el 17 de octubre de 1492, sólo cinco días después de su llegada, hizo constar sorprendido en sus anotaciones que las casa “eran de dentro muy barridas y limpias, y sus camas y paramentos de cosas que son como redes de algodón, y las gentes dormían en redes entre los árboles”.
