Venezuela celebrará elecciones este domingo, con un pulso entre el presidente Nicolás Maduro, que busca un tercer mandato, y el opositor Edmundo González Urrutia, quien aspira a poner fin a 25 años de gobiernos chavistas.
Los centros electorales abrirán a las 06h00 locales (10H00 GMT) y cerrarán a las 18h00 (22H00 GMT), aunque ese plazo puede extenderse mientras haya votantes en fila.
Los candidatos
Diez candidatos compiten en un proceso a una sola vuelta, pero solo dos pesan en las encuestas.
Por un lado, está Maduro, de 61 años, heredero del fallecido líder socialista Hugo Chávez, quien apunta a un nuevo mandato que le proyectaría a 18 años en el poder. Ha sobrevivido a una descomunal crisis económica, así como a protestas opositoras que dejaron cientos de muertos en medio de denuncias de violaciones a los derechos humanos.
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Por el otro González Urrutia, un diplomático de 74 años postulado a última hora por la alianza Plataforma Unitaria para representar a la exdiputada liberal María Corina Machado, inhabilitada para ejercer cargos públicos y que ha sido a su lado el alma de la campaña opositora.
Los números
Están inscritos para votar 21 millones de personas, sobre una población de 30 millones, en más de 30,000 mesas de votación.
Sin embargo, expertos estiman que votarán unos 17 millones de electores que están en Venezuela. Aunque los venezolanos en el exterior tienen derecho al sufragio, muy pocos podrán hacerlo, pues menos de 70,000 cumplen con el requisito de estar registrado en los consulados.
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En Venezuela ocurrió una migración masiva provocada por una crisis que contrajo 80% el PIB entre 2013 y 2020. Más de 7 millones de personas dejaron el país en la última década, según la ONU.
El salario promedio en el sector privado es de unos 150 dólares mensuales, y el sueldo mínimo es apenas de 4 dólares por mes, con bonificaciones extra que lo llevan a unos 130 dólares. Analistas temen que una victoria de Maduro pueda provocar una nueva oleada migratoria.
La autoridad
El Consejo Nacional Electoral (CNE) es el órgano que rige cada votación en Venezuela. Su directiva está integrada por cinco rectores, tres vinculados con el chavismo y dos con la oposición.
No hay dudas sobre la identificación política del presidente del CNE, Elvis Amoroso, quien estuvo al frente de la Contraloría, responsable desde ese cargo de las inhabilitaciones a Machado y otros dirigentes opositores.
Amoroso fue sancionado por Estados Unidos en 2017.
El proceso electoral es automatizado, con resultados centralizados por el CNE. La oposición calificó de fraudulenta la reelección de Maduro en 2018, en un proceso que boicoteó.
Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina le desconocieron entonces como presidente.
La Fuerza Armada
Una de las grandes interrogantes en este proceso electoral es el rol que desempeñará la Fuerza Armada. El grito “¡Chávez vive!” se ha convertido en su saludo oficial.
Chávez, un militar que dirigió un fallido golpe de Estado en 1992, llegó al poder por la vía electoral, al ganar los comicios de diciembre de 1998. Durante su gobierno (1999-2013) aumentó la influencia política de la institución armada, línea seguida por Maduro, lo que permitió a la jerarquía militar acceder a numerosos cargos estatales, incluso en la vital industria petrolera.
Maduro ha dependido en gran medida de los militares para poner fin a grandes manifestaciones opositoras, en 2014 y en 2017, en medio de violentos disturbios callejeros.
“La Fuerza Armada Nacional Bolivariana me apoya”, reafirmó Maduro esta semana, mientras que González Urrutia pidió a los militares “respetar y hacer respetar” el resultado de las votaciones, cuando las encuestas le favorecen.
Diplomacia
Maduro intenta normalizar las relaciones internacionales de Venezuela, blanco de sanciones de Estados Unidos que incluyen desde 2019 un embargo a su petróleo.
El panorama en América Latina ha cambiado. Gobiernos de derecha como los de Jair Bolsonaro (Brasil), Iván Duque (Colombia) y Sebastián Piñera (Chile) han dado paso a administraciones izquierdistas con Lula, Gustavo Petro y Gabriel Boric.
No obstante, estos tres gobernantes han ejercido presión a favor de unas elecciones transparentes y justas.
Washington sigue en su línea oficial, que vincula el levantamiento de las sanciones a comicios competitivos. Pero, en opinión de muchos observadores, a Estados Unidos le gustaría -cuestión de ‘realpolitik’- normalizar sus relaciones con Venezuela para recuperar a este país como proveedor de crudo en un contexto de tensión internacional por la guerra en Ucrania y Medio Oriente.
Veedores del proceso
Varias delegaciones de parlamentarios españoles y latinoamericanos, así como una de expresidentes invitada por la oposición venezolana, no pudieron entrar, tras la negativa de las autoridades, en Venezuela, donde este domingo se celebran los comicios presidenciales que enfrentan al presidente Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) que encabeza Edmundo González Urrutia.
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De entre estos grupos, el más destacado fue el que formaban expresidentes y una exvicepresidenta latinoamericanos, que no pudieron viajar el pasado viernes a Venezuela después de que el avión de la aerolínea Copa en el que se encontraban le fuera impedido despegar de Panamá.
Incluso, Chile envió una nota de protesta al gobierno de Venezuela por negar el ingreso al país de dos senadores conservadores chilenos que viajaban a observar las presidenciales del domingo y fueron deportados, informó la Cancillería en un comunicado.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores citó al embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez, para entregarle una nota de protesta debido a que no se permitió el ingreso a ese país a los senadores José Manuel Rojo Edwards y Felipe Kast”, aseguró la dependencia en el texto.
La protesta ya le fue entregada al embajador Arévalo, confirmó la Cancillería.
“Nos acaban de deportar de Venezuela“, informó el senador Kast, del partido derechista Evopoli, y miembro de una delegación oficial del Senado de Chile para acompañar los comicios venezolanos.
Sin embargo, el expresidente Leonel Fernández “gran satisfacción” por el hecho de que el proceso electoral en Venezuela “haya culminado en paz”, sin ningún acto de violencia física” que lamentar.
“Es de gran satisfacción, por el hecho de que este proceso electoral haya culminado en paz y que no haya habido ningún acto de violencia física, nos parece realmente ejemplar. Hay muchos otros países en América Latina en donde estos procesos electorales culminan en violencia, y en realidad lo que hemos visto aquí es un clima de convivencia pacífica”, expresó Fernández.
El político dominicano llegó el pasado viernes al país suramericano junto a otros exmandatarios de la región para participar como observador de los comicios del domingo.