El atropellamiento de decenas de personas que consumían bebidas alcohólicas en plena carretera Francisco del Rosario Sánchez, en Azua, provocó la reacción de las autoridades respecto al control de negocios de diversión y las medidas de seguridad.
Faride Raful, ministra de Interior y Policía, aseguró este lunes que “las instituciones competentes están trabajando en acciones para evitar que estas situaciones vuelvan a producirse, incluyendo disposición de control inmediata respecto a los negocios de bebidas alcohólicas”.
La invasión del espacio público por parte de personas que consumen alcohol en licorerías (conocidas como drinks) y colmadones son una conducta común que normalmente ocurre ante los ojos de la propia Policía Nacional. Uno de los casos más famosos es el de la calle 42, en Capotillo. En esta tragedia, de hecho, murió un sargento de la Policía Nacional que estaba en el grupo de gozosos que acabó viviendo una tragedia.
La ministra de Interior dijo que entre los aspectos que están investigando sobre la tragedia en Azua están el uso del espacio común y la venta de bebidas a deshoras. El hecho ocurrió a la 1:24 de la madrugada del domingo.
“Personas que estaban ocupando espacio público no apto para poder hacerlo. Expendio de bebidas a horas fuera de tiempo. El tema del vehículo también se está investigando”, manifestó.
Todavía no han revelado la causa del accidente: si se trató de un fallo mecánico o de un error humano por parte del conductor. Este último se entregó ayer a las autoridades.
Raful dijo que “hay normas que tienen que ser aplicadas” y advirtió que “actuar irresponsablemente y en contra de las leyes va a tener consecuencias”.
También expresó sus condolencias a las familias de los afectados y lamentó la situación.
Estas declaraciones se llevaron a cabo al finalizar la reunión semanal sobre seguridad ciudadana que encabezó la vicepresidenta Raquel Peña en el Club de Oficiales de la Policía Nacional.