El sector agropecuario, la industria de la varilla y el cemento en las provincias de la región Norte del país, que dependen en gran medida de la mano de obra haitiana, están siendo impactados negativamente con las políticas migratorias del Gobierno dominicano, cuya última medida es la deportación cada semana de hasta 10 mil de esos extranjeros con estatus irregular.
Los empresarios de esas áreas de la economía, especialmente de la agricultura, se quejan que después que invirtieron tiempo y recursos en formar a los extranjeros, ahora se ven en riesgos de no contar con esa fuerza laboral, a la que ningún dominicano le interesa sustituir.
Muchos de los nacionales haitianos, que trabajan en esos sectores, han sido detenidos y llevados de regreso a su país desde el 2 de octubre, fecha en que el presidente de la República, Luis Abinader, dispuso la medida.
Aunque dicen respetar y estar de acuerdo con la disposición establecida por el jefe de Estado, conscientes de que existe un exceso de migrantes de la población vecina, los productores del agro y los promotores de viviendas entienden que se debe replantear la acción y buscar una alternativa, para que no siga afectando la agropecuaria y el desarrollo inmobiliario.
Operativos se han convertido en un negocio
Los representantes del sector agropecuario y de la construcción consideran que debe cambiarse la forma en la que se están llevando a cabo los operativos de la Dirección General de Migración (DGM) en contra de los haitianos, sin importar si están de manera regular o irregular.
Según dicen, las redadas en contra de los sin papeles se han convertido en un negocio con detenciones los días de cobro de los trabajadores del campo y las construcciones.
Indican que los militares al servicio de la institución estatal se tiran en horas de la madrugada en las fincas y las pensiones donde residen los migrantes, deteniendo a todos los que se encuentran en el lugar, sin importar que su estatus migratorio esté o no regularizado.
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Cuentan que, sorpresivamente las personas que son detenidas regresan dos o tres días después de ser repatriados, supuestamente, tras pagar un soborno que oscila entre los RD$7 mil y RD$15 mil, dependiendo el destino que tenga el extranjero en el territorio nacional.
Marcos Rodríguez, presidente de la Asociación Bananera Monte de Sion en el distrito municipal Pueblo Nuevo, en la provincia Valverde, cuenta que en reiteradas ocasiones, los empresarios bananeros deben presentarse a la Fortaleza a gestionar la puesta en libertad de los trabajadores de sus fincas que cuentan con permisos laborales.
No menos importante, Rodríguez dijo que esas diligencias también provocan que fallen en las entregas de los pedidos en el mercado local.
Es un personal que toma tiempo formar
El presidente de la Asociación Bananera Monte de Sion en el distrito municipal Pueblo Nuevo explicó que el personal haitiano que trabaja en el sector es muy difícil de sustituir, ya que están formados en la preparación y el empaque de los productos que son enviados al extranjero, cumpliendo con estrictos estándares de calidad.
En esa preparación del personal, los productores han invertido tiempo y recursos, logrando que la República Dominicana sea uno de los principales países exportadores de banano hacia Europa.
Según las estadísticas manejadas por la asociación Monte de Sion, la Línea Noroeste, que abarca las provincias de Montecristi, Dajabón, Santiago Rodríguez y Valverde, aporta más del 90% de la producción nacional de banano. Además, exporta un estimado de 300 mil cajas del producto a países europeos, generando 800 millones de dólares al año.
Proponen AFP y TSS regularicen a los trabajadores
Los productores agropecuarios, así como los constructores, abogaron por la implementen de un plan de regularización laboral a los extranjeros que tienen varios años en el país y que tienen un estatus migratorio irregular.
Proponen que las regularizaciones sean realizadas a través de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), para de esa manera garantizar los derechos laborales de los trabajadores, sean dominicanos o extranjeros.
También sugieren que los forasteros reciban permisos de trabajo por zona o provincias donde realicen actividades productivas.
Los representantes de estos sectores, aseguran que su objetivo es seguir exportando banano, cosechando arroz, produciendo ganado y desarrollando las urbes cibaeñas con la eficiencia que se ha hecho hasta el momento, gracias a la mano de obra haitiana.
Advierten que si siguen con las deportaciones de los ciudadanos de la vecina nación que vienen a trabajar, la República Dominicana quedará sin mano de obra.
Previo al plan migratorio del Gobierno dominicano, el sector bananero contaba con 25 mil trabajadores haitianos, de los cuales una cantidad significativa ha decidido regresar voluntariamente ante el temor a ser maltratados y enviados a Haití y otra parte ha sido deportada.
Los dominicanos prefieren el motoconcho
A los productores les gustaría contar con trabajadores dominicanos, sin embargo, afirman que a los nacionales criollos no les interesa cubrir esas vacantes debido a que no se emplean en ese tipo de trabajo.
Señaló que el personal nativo prefiere el motoconcho, vender números de lotería o realizar una actividad que no requiere mucho esfuerzo.
Mecanización
Otra opción para cambiar la fuerza laboral haitiana sería mecanizar las actividades productivas, pero, según plantea Iván Tió, el único sector de la agropecuaria que puede materializar esa acción es el arrocero.
Iván Tió, expresidente de la Federación Nacional Dominicana de Productores de Arroz (Fenarroz) (DIARIO LIBRE/PABLO GÓMEZ)
Refiere que esa opción requiere una inversión cuantiosa, “que no podemos asumir sin la mano amiga del gobierno”.
Detalla que también se necesitan mecanismos de financiamiento para tecnificar y aumentar el uso de tecnología en las fincas.
Sector ganadero, otro sector afectado
El sector ganadero es un sector más que ha sido impactado con la medida migratoria dominicana. Según sus representantes, el 95% de la mano de obra es haitiana.
La construcción
De su lado, el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Viviendas del Cibao (Aprocovici), Sandy Rodríguez Gutiérrez, agregó que en el área de la construcción las labores que demandan fuerza están siendo realizadas por los migrantes, en su mayoría con estatus migratorio irregular.
Expresó que ha recibido informaciones de algunos de los integrantes de la entidad sobre el ausentismo de los obreros haitianos en los proyectos en construcción en Santiago y otras localidades del Cibao debido al proceso de deportación.
Desde Aprocovici coinciden en la propuesta de los productores de la agropecuaria sobre regularizar a la mano de obra que ya está en el país.
Estos sectores esperan que el Gobierno sopese la flexibilización de las medidas migratorias, ya que constituyen a largo plazo el declive de tan importantes actividades económicas.