La aplicación de las pruebas Pisa (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) ha sido tema de conversación tras el anuncio del Ministerio de Educación de Panamá (Meduca) de que no participará en las del 2025.
Ante esta postura, surge la duda sobre cuál es el rol de estas pruebas y cómo contribuyen a la educación dominicana, ya que en el país se implementan desde 2015.
Las evaluaciones Pisa son pruebas diagnósticas desarrolladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que permiten determinar las condiciones del sistema educativo de un país y su capacidad para preparar a sus estudiantes en ciencias.
Las pruebas son aplicadas cada tres años, y en el país las ejecuta el Instituto de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE). Se aplica a una población muestra de estudiantes de secundaria entre 15 a 16 años de edad.
Ancell Scheker, viceministra de Asuntos Técnicos y Pedagógicos del Ministerio de Educación (Minerd), las definió como un documento que revela información sobre el contexto educativo y permite a las autoridades analizar y dimensionar la situación con el fin de tomar medidas para optimizar los resultados.
Dijo que para estas evaluaciones el Estado invierte 48,000 euros trienales y forman parte de las medidas del Pacto Nacional para la Reforma Educativa de la RD (2014-2030).
“Estás informaciones son importantes para tomar medidas para la mejora del sistema. Los resultados de Pisa han servido para revisar el currículo, la formación docente, el liderazgo y, actualmente, para desarrollar un programa de fortalecimiento de las competencias en el nivel secundario”, explicó.
Señaló que, aunque hay otras evaluaciones nacionales y regionales que permiten medir el desarrollo de la educación, son diferentes y se completan entre sí.
A su vez, Darwin Caraballo, director ejecutivo de Acción Empresarial por la Educación (Educa), indicó que las evaluaciones Pisa integran el ecosistema de evaluaciones del país que permite validar el “estado de salud” de la educación del país.
“La prueba Pisa no va a generar nunca una mejora en la calidad de la educación, pero sí lo que va a permitirle a todo el sistema y a la opinión pública, a las familias, es saber cuál es el estado y qué grado de éxito o no van teniendo las políticas públicas que se van haciendo para mejorar los medios de aprendizaje”, explicó.
Además, recomendó no dejar de realizar estas evaluaciones, contraria a la decisión de Panamá, ya que esta permitirá tener el panorama completo del sistema y en base a eso decidir las políticas y medidas que permitan mejorarlo.
“La República Dominicana debe seguir por ese sendero, aunque las noticias no sean siempre las más alentadoras, pero la última medición incluso trajo un sentimiento de que se está en el camino correcto, hay que seguir midiendo el estado de salud del sistema educativo dominicano, puntualizó Caraballo.
Héctor Molina, presidente de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas (AINEP), expresó que aboga por la continuidad de estas pruebas y todas las que contribuyen a determinar la calidad en los aprendizajes.
“Eliminar las pruebas PISA es como hacernos de la vista gorda, es como darle la espalda a la situación si nos está yendo mal. Yo abogo por más mediciones, tanto internas que haga el ministerio, más internas aún que haga cada centro educativo”, expresó.
En el 2022, la República Dominicana fue uno de los pocos países que mostró mejorías en su desempeño en ciencias y compresión lectora tras la crisis educativa de la pandemia del Covid-19. El país había mostrado resultados pocos favorables en las primeras dos evaluaciones realizadas en 2015 y 2018, respectivamente.