Miles de cubanos marcharon este viernes en una protesta contra el embargo económico de EE.UU. convocada y encabezada por el presidente isleño, Miguel Díaz-Canel, quien cargó contra su homólogo norteamericano, Joe Biden, por no hacer “nada” para “alejarse” de la “línea” de Donald Trump contra la isla.
En su intervención, Díaz-Canel aseguró que, a un mes de que acabe la administración Biden, el demócrata continúa con la “línea de bloqueo reforzado y asfixia económica a Cuba que dejó como herencia” el Gobierno de Trump.
“Biden cumplió disciplinada y cruelmente con la política que Trump aprobó durante su mandato”, recriminó el mandatario insular frente a los manifestantes, muchos con pequeñas banderas cubanas.
Díaz-Canel se refirió a las más de 200 sanciones aprobadas por el republicano y la inclusión de Cuba en el listado de países patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado, que acarrea fuertes consecuencias financieras.
La movilización, con abrumadora presencia de trabajadores estatales, representaciones del sindicato único, organizaciones estudiantiles en la órbita del Partido Comunista (PCC, único legal) y empleados de distintos ministerios del Gobierno, se realizó en el malecón de La Habana y pasó por un costado de la embajada estadounidense.
En la marcha también estuvo presente el expresidente cubano, Raúl Castro, además de altos cargos del Ejecutivo actual, como el primer ministro, Manuel Marrero.
En las últimas semanas, el Gobierno caribeño se ha pronunciado varias veces sobre lo que, a su criterio, podría representar el segundo mandato de Trump, que iniciará el próximo 20 de enero. El republicano, además, ha nominado al cubano-estadounidense Marco Rubio como secretario de Estado.
“Nos mantendremos alerta, pero sin miedo”, expresó esta mañana Díaz-Canel en la sesión de cierre del parlamento cubano.
Días antes, viceministro cubano de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, reconoció que al país le “preocupa” el efecto económico que puede tener el segundo mandato del magnate.
“Por supuesto que nos preocupa el efecto que puede tener sobre nuestra economía, y en particular, el efecto que puede tener sobre el nivel de vida de la población una mayor hostilidad de EE.UU., que ha demostrado ser muy poderoso y tener una capacidad destructiva muy eficaz para causar daño”, apuntó.
La isla está sumida en una profunda crisis económica, con escasez de productos básicos (alimentos, medicinas, combustible), largos apagones diarios, inflación galopante y una ola migratoria sin precedentes.
La pandemia, el endurecimiento de las sanciones con el primer mandato de Trump y una serie de políticas fallidas a nivel nacional agudizaron desequilibrios y problemas estructurales de la economía cubana.