La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) manifestó su desacuerdo ante los recientes actos de agresiones perpetrados contra personas que protestaban contra la instalación de una presa de cola de la minera Barrick Gold en la comunidad Arroyo Vuelta, distrito municipal de Zambrana, en Cotuí.
A través de un comunicado, señaló que estos hechos “caracterizados por el uso desproporcionado de la fuerza, la violación de los derechos humanos y el irrespeto a la dignidad de las personas, donde han sido lesionados dos sacerdotes y varias personas de las mencionadas comunidades, son inaceptables“.
Atribuyó las agresiones a la empresa minera “con el apoyo de miembros de la Policía Nacional y el Ejército de la República Dominicana”.
Recordó que en un Estado de derecho se debe garantizar la justicia, la paz y el respeto a los ciudadanos.
Subrayó que la Iglesia católica, fiel a su misión de defender la vida y la dignidad humana, repudia cualquier acción que violente los derechos fundamentales de las comunidades afectadas y “se solidariza con las acciones de nuestro hermano obispo de La Vega, monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, también presidente de la Comisión Nacional de Pastoral de Ecología y Medio Ambiente”.
“Es inadmisible que el afán de lucro prime sobre la vida y la tranquilidad de las familias afectadas en la zona”, expresó.
Dispuestos a buscar una solución
Asimismo, hizo un llamado a las autoridades nacionales para que, entre todos los sectores involucrados, se respete el debido marco jurídico, “se fomente el diálogo, en el cual estamos dispuestos a participar para buscar una solución justa a esta situación”.
Exhortó que “se investiguen estos hechos con imparcialidad, se sancione a los responsables de estos abusos y se garanticen medidas para reparar los daños causados a quienes han sido afectados”.
Rememoró que la explotación de los recursos naturales debe realizarse con responsabilidad social, ambiental y ética.
“Invitamos a la comunidad nacional a unirse en solidaridad con los afectados y a expresar de manera pacífica su rechazo a estas prácticas”, concluyó la Conferencia del Episcopado.