Don Pedro Esteva es presidente de la Cámara Minera Petrolera de la República Dominicana (CAMIPERD) en un segundo mandato. Tercera generación al frente de IMCA (y preparando a la cuarta), es un hombre discreto que pocas veces habla en público.
Y cuando lo hace, usualmente, es para hacerlo sobre sobre un tema que le apasiona: la educación técnica.
— Hablaremos de educación, pero antes… ¿cuál es el mayor problema que tiene hoy el sector minero?
Pienso que el mayor problema es que, en la minería, la exploración es muy importante y desde que comienzan la prospección y la exploración hasta que comienza una explotación minera pueden pasar diez o quince años. Hay mucha prueba y error.
Por supuesto, hay información del Servicio Geológico Nacional, con información histórica de lugares que podrían tener, como se dice en términos mineros, anomalías. Solo después de haber hecho exploraciones adicionales se puedan encontrar minerales.
—¿Pero…?
Pero ahora mismo los permisos para explorar se están dando con mucha lentitud, sobre todo los permisos medioambientales. No hay tantas compañías explorando como las que se necesita para garantizar que en el plazo de diez a quince años, el país siga recibiendo los ingresos que vienen de la minería.
—¿Esa ralentización de los permisos viene de lejos o es de un tiempo a esta parte?
Hay algo fundamental, que son los términos de referencia que tiene que dar el Ministerio de Medio Ambiente para que los proponentes obtengan un permiso de exploración. Su estudio de impacto ambiental tiene que basarse en unos términos de referencia.
—¿Pero no los da?
Recientemente el ministerio de Medio Ambiente emitió una resolución con la que se ha logrado centralizar esa gestión en el Ministerio porque anteriormente necesitaba la aprobación expresa del Presidente de la República.
— O sea que ese permiso venía directamente de Palacio.
Sí, correctamente. Ya no. Ahora con esa resolución, el ministerio de Medio Ambiente eso lo maneja directamente. Es el caso de los permisos para el proyecto Romero que opera Goldquest y de la mina de Dajabón, de oro y cobre, que opera Unigold.
—¿Qué opina CAMIPERD de la creación de una compañía minera pública?
Es positivo que se haya creado Emidom, porque su primera tarea ha sido acelerar el proceso de exploración.
—O sea, que les ha convenido de rebote…
Definitivamente, porque ya está el mismo gobierno dominicano envuelto y reconociendo que es importante la exploración para determinar si hay realmente un mérito comercial en seguir con la exploración y con la explotación.
—¿Cuántos años puede durar la exploración antes de explotar tierras raras?
Con recursos se puede hacer en un menor periodo; ese es el reto principal de las empresas mineras que vienen a explorar. En el mundo minero existen las llamadas empresas junior, que se dedican principalmente a exploración.
Después no explotan porque, desde el principio ,su objetivo era conseguir capital de riesgo, levantan 40 o 50 millones de dólares, exploran y cuando ya hay certeza de que existe cantidad de mineral interesante, la venden a una empresa grande que asume la explotación de esa mina porque tiene capital y sobre todo el conocimiento.
—¿Esa nueva empresa minera pública va a necesitar una transferencia de conocimiento de las privadas?
Yo me imagino que sí porque en el gobierno dominicano no hay experiencia para la exploración, por eso han contado con el expertise del cuerpo de ingenieros del ejército de los Estados Unidos y de otras instituciones internacionales.
—¿Cómo ve la Cámara que Estados Unidos esté involucrado?
República Dominicana tiene mineros chinos, americanos, canadienses… no hay ningún problema con eso.
—¿Algunos proyectos se paran por miedo a los ambientalistas?
Esa es una conversación mal resuelta. Sí, yo pienso que el presidente de la República es muy sensible a la opinión de los ambientalistas y pone la atención que ese grupo merece, porque al final todos queremos defender el medio ambiente.
Lo que pienso es que la discusión con las personas que tienen esa preocupación debe buscar el balance con quien quiera hacer una explotación minera o una explotación agrícola, industrial u hotelera. Sin embargo, pienso que el rigor científico debe de prevalecer.
— Las empresas hablan de minería responsable. Pero… ¿es suficiente?
Hablando desde el punto de vista de minería… la minería es sostenible. ¿Por qué? Porque primeramente tiene que tener un beneficio para el país desde el punto de vista fiscal, para los inversionistas, para las personas porque haya creación de empleo de calidad…
De acuerdo a los números que tiene la Tesorería de la Seguridad Social, los empleos en minería, en términos de salario promedio andan por unos 77 mil pesos mensuales. Es superior a lo que se paga en el sistema financiero nacional, que tradicionalmente tiene la reputación de buenos salarios.
—¿Aquí hay formación o se necesita importar talento de fuera?
En minería hay muchas ciencias asociadas a la exploración y a la explotación. Desde que se otorgó Quisqueya I a Falcondbrige, que fue la primera concesión minera, ha habido varias generaciones de geólogos y otros profesionales.
Inclusive, la PUCMM en Santiago tenía una ingeniería en geología y minas en aquel entonces. Recientemente, UTECO, la universidad de Cotuí, también tiene una ingeniería en geología. Pero siempre hay oportunidad para que el sector productivo y la academia tengan mejor comunicación.
—¿Desde la Cámara trabajan en esa dirección?
En la Cámara hay varios miembros involucrados. Incluyendo la compañía en la que yo trabajo, que tiene un programa de formación de técnicos diésel. Vamos a decir que en los equipos que trabajan en minería y la reparación y mantenimiento, no hay técnicos extranjeros.
Hay progresos importantes en ese sentido, por ejemplo, en el caso de Barrick, el 97 % de sus colaboradores son locales.
—¿Es un tema muy político, la minería?
Muy político, sí, definitivamente.
—¿Qué partidos apoyan al sector?
Yo pienso que todos los partidos están bastante identificados con la contribución de la minería a la creación de valor económico en República Dominicana.
Desde el 2010 al 2020, la minería representó un 2 % del Producto Interno Bruto. Estaríamos hablando de más de 2,000 millones de dólares.
Pedro Esteva, presidente deCAMIPERD. (DIARIO LIBRE/MATÍAS BONCOSKY)
—¿Y en impuestos?
El año pasado fueron como unos 1,500 millones de dólares. Y eso es, como decíamos anteriormente, enclochado. Creo que como país tenemos tradición de hacer minería, pero no hemos abrazado 100 % a la minería.
Yo creo que es un despropósito. Pienso que en la minería hay mucha rigurosidad, mucha ciencia, muchas personas preparadas. Yo creo que estamos listos para identificar cuáles son los problemas asociados a hacer minería, determinar cuáles son esos mitigantes y mirar cuál es el riesgo.
—Los areneros y los ríos… ¿están consideradas empresas mineras?
Bueno, eso es una buena pregunta porque en todas las industrias hay informales. En CAMIPERD actualmente hay casi 50 socios y nos consta que cada una de esas empresas entiende el tema de sostenibilidad.
Los informales van desde personas con pico y pala y un burrito sacando arena de la orilla de un río hasta empresarios que tienen equipos de movimiento de tierra y son sencillamente informales.
No tienen un plan de remediación a medida que van haciendo la explotación minera ni mucho menos un plan de cierre cuando se termine el mineral que estaban extrayendo.
—A esos no los persiguen mucho… siguen ahí.
Yo pienso que es importante que cada ministerio tenga un mejor presupuesto para poder hacer su labor mejor. Por ejemplo, Medio Ambiente necesitaría más recursos para realmente velar por que solo operen las empresas a las cuales ellos han otorgado el permiso.
—Las protestas suelen ir contra las grandes empresas, pero éstas dicen que la minería informal es más peligrosa y más dañina. ¿Es así?
Sí, claro que sí. No hay duda de eso. Lo que pasa es que no se toma en cuenta la sostenibilidad. Es una extracción que no toma en cuenta los temas medioambientales o los temas humanos. Desde el punto de vista fiscal eso es cero porque son operaciones clandestinas.
El mejor escenario es que tengamos ministerios fuertes con presupuestos y entonces puedan garantizar y dar la garantía a la sociedad de que lo que se está explotando realmente es sostenible. Ahora mismo hay mucha informalidad en el tema de los agregados no metálicos o de la minería no metálica.
Para Pedro Esteva la activación de los Comités Sectoriales de Meta RD 2036 es una buena noticia para el sector minero. En una misma mesa trabajarán sector privado y sector público con la meta de duplicar la contribución minera al PIB con miras a llegar a los 5,400 millones de dólares en ese año. El Comité de Minería estará conformado por tres integrantes del sector privado (Cámara Minera Petrolera, ACIEX y ADOCEM) y tres instituciones del gobierno, con el ministerio de Energía y Minas y el de Medio Ambiente al frente. Se trabaja ahora con Bloomberg Philanthropies, sobre la metodología y el protocolo que utilizará cada mesa.
Así es, obliga a un plan de largo plazo: identificar cuánta exploración se necesita, qué permisos se necesitan para las operaciones mineras que hoy en día llevan una marcha lenta por falta de permiso, etc.
La meta es que el país crezca 6 % el PIB anual hasta llegar a eso, es muy ambicioso. Pero el hecho de que el sector privado esté en esa mesa y comparta cuáles son sus preocupaciones y necesidades es fundamental. Al final, el 85 % del Producto Interno Bruto dominicano o más es del sector privado pero dependemos del gobierno que es el fiscalizador de los permisos. Ahora vamos a poder trabajar juntos.
He oído de geólogos y mineros que el país pudiera exportar el equivalente a 2 millones de onzas de oro anuales, si se dan todas las condiciones. Vamos a decir, que exporte 800,000 onzas de oro, pero entre la mezcla de cobre, níquel, tierra rara, a precio de 3,000 dólares la onza, sería el equivalente a exportar 2 millones de onzas. Que eso es lograble y de ahí viene el número: 2 millones de onzas a 3,000 dólares; ahí hay 5,400 millones de dólares.