En la calle Espíritu Santo, en los Jardines del Norte, se refleja una realidad que se replica en múltiples sectores de Santo Domingo.
Es una calle caótica, con vehículos parqueados sobre las aceras, en doble fila, y a cada lado de la calle.
El trayecto, de poco más de 300 metros, es una carrera de obstáculos en la que llegar ileso a la siguiente esquina, es el único premio.
Zigzaguear, frenar, acelerar y repetir la secuencia varias veces, es la exigencia a quienes transitan esta calle. Cuidar los retrovisores y el resto de la carrocería es una tarea complicada cuando el espacio escasea.
La inobservancia de las leyes de tránsito, y la falta de sentido común, suman minutos al tránsito en la hora pico.